martes, 3 de abril de 2012

Todo está en silencio.
Silencio y oscuridad.
No puedes dormir.
No hay nada que te preocupe, a pesar de que sabes que sin esforzarte mucho, la lista de preocupaciones puede hacerse larga.
Pero justo ahora, tu mente se encuentra en un lugar no tan lejano.
Aún así, es más lejano de lo que quisieras.
Su lado.
Como te gustaría que estuviera aquí, contigo. Que toda esa distancia se convierta en nada; menos que centímetros, sin nada entre ustedes.
La distancia ha sido más larga, pero eso no hace que duela menos, porque aunque no sean miles de kilómetros los que los separen, él no está aquí contigo. Así que ¿De qué sirve?
Cuando piensas en él, una sonrisa casi automática se forma en tu rostro.
Es demasiado increíble como comienzas a sentirlo cerca, y las mariposas en el estomago son inevitables.
De un momento a otro, quieres llorar. Pero sonríes al recordar lo mágico que fue ese poco tiempo con él.
El sólo pensarlo produce mil sensaciones inesperadas en solo un minuto.
El pensamiento no le hace justicia, no se compara en tenerlo a tu lado.
Con los recuerdos, sonreír es fácil.
Pero no se acerca ni un poquito, a lo que sientes cuando está contigo.
No querías admitirlo, porque hace poco que estabas con él; pero esa lágrima que corre por tu mejilla te hace imposible seguir negando
lo mucho que lo extrañas.

3 comentarios:

Lucinda dijo...

¡Qué bello! ¡Qué bello! ¡Qué bello!
Bellísimo el escrito en verdad, me encantó :')

Btw... Gracias por haber sido la primerisísima persona en comentar en mi nuevo blog :D

z dijo...

Lindooo !

La distancia , algo duro q enfrentar , pero creo q si se puede con el cariño suficiente .. creo ..

Anónimo dijo...

pero esa lágrima que corre por tu mejilla te hace imposible seguir negando lo mucho que lo extrañas.
Dios que bonito blog, esa frase me mato!
Gracias por pasarte por el mio, divinura. Te espero pronto, abrazos-
Perdo mi tardanza es que he estado a full con el colegio!