sábado, 14 de mayo de 2011

Bajo las Sábanas.

Tiemblas.
Tienes miedo, aunque nadie lo sepa. A nadie le importa.
Mentira. A él le importa.
Los gritos, las amenezas, todo lo malo. Todo esta afuera.. Tan cerca... Tan lejos... A una puerta y una sabana de distancia... Una puerta cerrada cuidadosamente con seguro. Una sabana, testigo de tus miedos y tus lágrimas cuando cosas como esta pasan, que ahora te cubre toda, desde los pies a la cabeza, como cuando tienes miedo.
Porque ahora lo tienes.
Tus padres pelean. Otra vez.
No es justo para ti estar siempre en el medio. Pues tu no tienes la culpa de sus diferencias. No eres la culpable de que estén juntos aunque no se quieran.
Por eso hace mucho dejaste de creer en el amor. Juraste nunca casarte. Un matrimonio no es una buena idea. Son solo peleas.
Mentira. Él te demostró que si es posible estar juntos sin pelear, sólo disfrutando cada momento, cada caricia, cada palabra, cada beso... Disfrutando el amor.
Porque él te demostró que si existen esos finales felices, como los cuentos que hace mucho, mucho tiempo, te hacían creer.
Te hace sentir como una princesa.
Aunque ahora estés aquí, escuchando cosas que preferirías no escuchar, gritos que te lastiman, palabras que antes te hacían dudar del amor; piensas en él, cerrando fuertemente los ojos, olvidándote del resto. Y todo acaba.
Si. De repente, todo está bien.
Porque sabes que él es de verdad.
Mejor que todos los sueños, los cuentos, las fantasías. Es real.
Y es tuyo.
Y aunque no está aquí, siempre ayuda a que te sientas mejor.
Si está él, todo está bien.

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